domingo, 2 de noviembre de 2008

El misterio del empate

OPINION | AGOSTO 26 DEL 2008LaConexionUSA.com
Jueves 28 de Agosto del 2008

El misterio del empate
Por Pilar Marrero

Hablábamos del porqué, a pesar de la poca popularidad del actual gobierno, Obama y McCain estaban virtualmente empatados en las encuestas. Les contaba que en realidad, lo que importa no es el voto popular sino el colegio electoral, que en muchas partes de este país, particularmente en la “América profunda”, hay un conservadurismo recio al que es dificil el cambio y mucho más el progresismo. Hay quienes piensan que hay algo más. Una analista política a la que respeto mucho porque sabe mucho de política y conoce la trayectoria electoral de este país al dedillo porque la enseña en la universidad, me comentó recientemente que si Obama no llega a ganar las elecciones en noviembre habría que reconocer lo que muchos no quieren: que quizá este país aún no esté listo para dar el salto y elegir a un afroamericano, un negro, para la presidencia. “Tendré que pensar que, en efecto, fue por su raza”, comentó la profesora, quien ha observado más elecciones de las que quisiera reconocer. “No tiene sentido que, como van las cosas, los demócratas pierdan”. Pero pienso que es mucho más que eso. Es cierto que las cosas van mal, económicamente hablando y de muchas otras maneras. También es cierto, sin embargo, que los dos candidatos que resultaron de los procesos primarios son realmente especiales a su manera. John McCain es quizá la elección más inteligente que pudieron haber hecho los republicanos. Hace un año nadie daba un peso por su candidatura y, sin embargo, McCain logró imponerse mientras sus contrincantes se cortaban a pedazos. Como nadie pensó que ganaría, los demás se concentraron en atacarse entre sí (verbigracia Rudy Giuliani y Mitt Romney), y a McCain lo dejaron tranquilo. Otra cosa a favor de McCain es su historia como prisionero de guerra en Vietnam. Los estadounidenses veneran a un veterano de guerra como si fuera una figura religiosa. Es consecuente con la imagen de país luchador, guerrero, que se impone en el campo de batalla y en los otros campos. Aunque perdemos en matemáticas, ciencias y otras materias, donde otros países tienen sistemas educativos más aventajados, la calidad de las fuerzas militares y el sufrimiento individual de los soldados tienen una fuerza casi mítica para el imaginario estadounidense. McCain, quien estuvo preso cinco años luego de ser capturado en Vietnam y sufrió torturas, tiene esa cobertura de teflón que le da el sufrimiento del guerrero. Nadie puede, supuestamente, cuestionar su juicio en cuestiones militares o su patriotismo. Es dificil atacar a un héroe de guerra, aunque tenga puntos débiles en otras áreas de su desempeño público. Obama es, por otra parte, una figura moderna, rara para muchos, que representa el cambio que muchos temen. Multiétnico, vivió en el “extranjero” (dificil de tragar para muchos estadounidenses), su padre y su padrastro fueron musulmanes, vivió en un país musulmán aunque él no lo sea. En él se juntan todos los posibles prejuicios habidos y por haber que rondan por los campos de la América “roja” o conserva-dora: negro, presunto islamista, brillante, habla bien y da respuestas complicadas. Es realmente una lucha titánica que va más allá de estos dos hombres. Y quizá sea mucho pedir en un momento tan crítico que los estadounidenses quieran dar ese salto. O quizá no. Está por verse.

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